Ayer mientras observaba el partido entre Independiente y Defensor Sporting me preguntaba cuando se va a terminar la violencia en el fútbol. Me costó encontrar una respuesta, pero llegué a la conclusión que finalizará cuando no haya más fútbol.
Lamentablemente, esta vez fue víctima un arquero. El encuentro era apasionante, con dos equipos que daban un interesante espectáculo. Sin embargo, cuando iba a comenzar la segunda etapa, una "persona" arrojó una piedra que impactó en la cabeza de Martín Silva.
El capitán del equipo charrúa tuvo que ser atendido por el corte que había recibido. A todo esto, los alcanzapelotas, en una acción repudiable escondieron la evidencia.
Sorpresivamente el encuentro siguió. Con una red en la cabeza y sangre en el pelo, el futbolista regresó al arco. Lo cómico fue que el árbitro, Wilson Seneme, le comentó a Silva que si no podía reincorporarse debía entrar el suplente. Tratar de entender la actitud del brasileño es imposible.
Y no termina allí. Dante Prato, presidente de la institución afirmó que Seleme dentro de la cancha le dijo que había sido un hecho aislado. Y además agregó: " Si nos retirábamos la Confederación Sudamericana nos iba a suspender por 2 años". Sin dudas algo ilógico.
No caben palabras para describir la situación. Está claro que en el fútbol argentino no se castiga al violento e inclusive la víctima (como en este caso) es culpable.
Lamentablemente, esta vez fue víctima un arquero. El encuentro era apasionante, con dos equipos que daban un interesante espectáculo. Sin embargo, cuando iba a comenzar la segunda etapa, una "persona" arrojó una piedra que impactó en la cabeza de Martín Silva.
El capitán del equipo charrúa tuvo que ser atendido por el corte que había recibido. A todo esto, los alcanzapelotas, en una acción repudiable escondieron la evidencia.
Sorpresivamente el encuentro siguió. Con una red en la cabeza y sangre en el pelo, el futbolista regresó al arco. Lo cómico fue que el árbitro, Wilson Seneme, le comentó a Silva que si no podía reincorporarse debía entrar el suplente. Tratar de entender la actitud del brasileño es imposible.
Y no termina allí. Dante Prato, presidente de la institución afirmó que Seleme dentro de la cancha le dijo que había sido un hecho aislado. Y además agregó: " Si nos retirábamos la Confederación Sudamericana nos iba a suspender por 2 años". Sin dudas algo ilógico.
No caben palabras para describir la situación. Está claro que en el fútbol argentino no se castiga al violento e inclusive la víctima (como en este caso) es culpable.
Independiente finalmente se quedó con la victoria. Pero no sólo esa V puede graficar el partido. También se hicieron presentes en el Libertadores de América la vergüenza y la violencia.
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