La semana pasada leí 1984. Un libro escrito por Eric Arthur Blair, conocido como George Orwell. El autor nacido en India uno de los temas que desarrolla es la libertad.
La novela cuenta como una sociedad puede estar sometida bajo un régimen implacable que impuso alguien y en donde toda la gente sigue las normas porque si las evade es castigada.
Se trata de un texto complicado que le genera al lector cuestionamientos a medida que transcurre el libro.
Hecha esta breve introducción quería trasladar el concepto de libertad en el blog.
En un fútbol donde los jugadores, dirigentes y espectadores hablan de presiones, cada vez se observa menos la creatividad, la magia, la sorpresa y todo se vuelve monótono.
Un jugador que trata de romper con estos conceptos es Juan Pablo Carrizo. El uno de River perdió la titularidad en la Lazio en 2008 por eludir a un delantero y tocar con un defensor cuando su equipo perdía 4 a 1 con el Cagliari.
El técnico Delio Rossi al partido siguiente no lo colocó entre los 11 por "arriesgar" y le argumentó: "La gambeta le molestó a los seguidores".
Ante el reproche, el futbolista se disgustó. Y está bien. Porque dentro de la cancha, Carrizo tiene una forma de jugar que no muchos arqueros poseen. A él le gusta tocar, amagarle a un contrario y salir de abajo. Disfruta el partido no sólo con las manos sino también con los pies.
En el conjunto europeo lo relegaron y debió continuar su camino en el Zaragoza de España.
Actualmente en River tiene suficiente libertad para jugar con los pies y cada fin de semana demuestra sus habilidades.
La novela cuenta como una sociedad puede estar sometida bajo un régimen implacable que impuso alguien y en donde toda la gente sigue las normas porque si las evade es castigada.
Se trata de un texto complicado que le genera al lector cuestionamientos a medida que transcurre el libro.
Hecha esta breve introducción quería trasladar el concepto de libertad en el blog.
En un fútbol donde los jugadores, dirigentes y espectadores hablan de presiones, cada vez se observa menos la creatividad, la magia, la sorpresa y todo se vuelve monótono.
Un jugador que trata de romper con estos conceptos es Juan Pablo Carrizo. El uno de River perdió la titularidad en la Lazio en 2008 por eludir a un delantero y tocar con un defensor cuando su equipo perdía 4 a 1 con el Cagliari.
El técnico Delio Rossi al partido siguiente no lo colocó entre los 11 por "arriesgar" y le argumentó: "La gambeta le molestó a los seguidores".
Ante el reproche, el futbolista se disgustó. Y está bien. Porque dentro de la cancha, Carrizo tiene una forma de jugar que no muchos arqueros poseen. A él le gusta tocar, amagarle a un contrario y salir de abajo. Disfruta el partido no sólo con las manos sino también con los pies.
En el conjunto europeo lo relegaron y debió continuar su camino en el Zaragoza de España.
Actualmente en River tiene suficiente libertad para jugar con los pies y cada fin de semana demuestra sus habilidades.
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